La Casa de las
Conchas está considerada como uno de los ejemplos más sobresalientes de la
arquitectura civil gótica de España y uno de los más bellos de la época de los
Reyes Católicos. No se conoce la fecha exacta de sus construcción, aunque se
cree que las obras se comenzaron en 1493 y concluyeron en 1512.
Perteneció inicialmente al doctor Rodrigo Maldonado de
Talavera, caballero de la Orden de Santiago, catedrático de Derecho de la
Universidad y, por entonces, miembro del Consejo Real de los Reyes Católicos.
Posteriormente la heredó su nieto Pedro Maldonado Pimentel, ejecutado tras la derrota
comunera de Villalar. Después perteneció al marqués de Valcarzana y más tarde
al conde de Santa Coloma.
La fachada está decorada con más de trescientas conchas de
vieira. Algunos autores ven en ellas el símbolo de la Orden de Santiago,
mientras que otros la relacionan con el motivo heráldico de los Pimentel,
debido a que el hijo de Don Rodrigo, Arias Maldonado, se casó con Juana
Pimentel, en cuyo escudo familiar figuran las conchas.
Del exterior
también son de destacar las rejas góticas de las dos ventana inferiores y las
ventanas de la planta principal, divididas por columnas que combinan
decoraciones del gótico francés y antepechos renancentistas. Sobre el dintel de
la puerta de entrada (descentrada como en la mayoría de los edificios civiles
renacentistas) descansa el escudo de Don Rodrigo, con cinco flores de lis
sostenidas por dos leones, bajo el cual aparecen tres parejas de delfines,
símbolo renacentista del amor, que en este caso hace referencia al matrimonio Maldonado-Pimentel. En la parte superior de
la facha está el escudo de los Reyes Católicos.
El patio interior
tiene dos plantas:
La planta baja
con arcos mixtilíneos que se repetirán en otras construcciones salmantinas. En
las enjutas de los arcos hay cabezas de leones de cuyas bocas penden anillas de
las que cuelgan el tiracol de los escudos de Maldonado con sus respectivas
flores de lis.
La planta alta
tiene arcos escarzanos con columnas corintias de mármol blanco italiano.
Del edificio es preciso destacar, además, los artesonados
tanto de la escalera del patio con los situados en la salas nobles.
El edificio original constaba de dos torres, una en cada esquina,
demolida una en el siglo XVIII y conservada la otra, aunque rebajada en altura.
Sufrió varias remodelaciones a lo largo del siglo XVIII y se le añadió en 1701
la fachada correspondiente a la calle de la Rua, obra de Pedro de Acosta.
A lo largo del XX ha tenido diversas funciones, entre ellas
centro de enseñanza y sede temporal del Museo Provincial. En 1929 fue declarado
Monumento Nacional.
Finalmente, tras muchos años en los que permaneció cerrado,
fue abierto al público en noviembre de 1993 como Biblioteca Pública.
La adaptación del edificio para biblioteca fue realizada por
Víctor López Cotelo y Carlos Puente, que buscaron la definición y construcción
de los elementos indispensables del nuevo uso del edificio y su convivencia con
las fábricas originales. El entramado de
madera de los techos y la textura lisa y blanca de los muros contribuyen
a dar una atmósfera calidad y doméstica.
Bibliografía: Álvares Villar, J.